“Querían brazos y llegamos personas”. Esta frase, convertida en lema de muchas trabajadoras migrantes, encarna la lucha diaria por el reconocimiento de derechos en un sector históricamente precarizado y racializado: los cuidados y el trabajo doméstico. En el corazón de esta batalla está La Comala, una cooperativa de trabajo asociado sin ánimo de lucro que transforma la manera en que entendemos y valoramos el empleo en el hogar.
Cuidar sin renunciar a derechos
La Comala no es solo una empresa de servicios. Es una cooperativa de trabajo asociado sin ánimo de lucro. Es un espacio de resistencia y dignidad para muchas mujeres migrantes que, lejos de quedar atrapadas en la informalidad, han construido un modelo laboral basado en la justicia social, el feminismo y el antirracismo. Su labor va más allá de la limpieza o la asistencia domiciliaria: reivindican el derecho universal a los cuidados, pero también que quienes los sostienen tengan acceso a derechos y condiciones laborales justas.
¿Qué hace única a La Comala?
En un mercado donde la explotación y la inestabilidad laboral son la norma, La Comala apuesta por un modelo radicalmente distinto:
- Trabajo con derechos: Todas las socias trabajadoras cotizan en el régimen general de la Seguridad Social, garantizando protección social y estabilidad laboral.
- Autogestión y democracia: Como cooperativa, las decisiones se toman colectivamente, sin jefes ni intermediarios que se lucren a costa de las trabajadoras.
- Formación continua: No se trata solo de empleo, sino de empoderamiento. La Comala ofrece formación en derechos laborales, economía social y mejora de competencias profesionales.
- Cuidado mutuo: Porque cuidar no debe significar precarizarse, la cooperativa fomenta redes de apoyo entre sus integrantes.
Un modelo de economía social que desafía el racismo y el patriarcado
El empleo doméstico en España sigue marcado por la desigualdad. Más del 95% de quienes trabajan en este sector son mujeres, muchas de ellas migrantes, y aún existen enormes brechas en derechos básicos, como la prestación por desempleo o la regulación de horarios. La Comala no solo busca visibilizar estas injusticias, sino que propone un modelo alternativo basado en la dignificación del trabajo y el reconocimiento de su valor real.
En una economía social que aspira a ser verdaderamente transformadora, iniciativas como La Comala nos recuerdan que no basta con hablar de justicia si no incorporamos una perspectiva antirracista y feminista. No hay economía social sin derechos para todas. No hay justicia en los cuidados si no cuidamos a quienes nos cuidan.
Cuidar en colectivo, cuidar con derechos
La Comala no solo es un referente de transformación social, sino un ejemplo de que otro modelo laboral es posible. No se trata solo de cambiar cómo entendemos los cuidados, sino de garantizar que quienes los sostienen sean reconocidas como trabajadoras de pleno derecho a la vez que apostamos por entidades donde la democracia económica y empresarial pone a las personas en el centro. Porque los cuidados son un derecho universal y ese derecho empieza por quienes los ejercen cada día.
Si tú también quieres apostar por empleos que defiendan un modelo más justo, equitativo y sin explotación, conecta con ofertas de empleo en la economía social a través de nuestro portal de empleo. Porque trabajar cuidando no significa trabajar en condiciones precarias.